Reseña: El planeta de los simios: Nuevo reino (2024) Incluye spoilers
Cabe recordar que las primeras cinco películas de El planeta de los simios, de 1968 a 1973, a nivel cinematográfico y narrativo, son sencillamente perfectas. Ni qué decir respecto de las dimensiones filosóficas y políticas que se pueden extraer de ellas. La trilogía remake de 2011 a 2017, pese al riesgo asumido de competir con una pentalogía perfecta, supo plantear dos primeras películas bastante respetables y con una interesante manera alternativa de arribar al planeta de los simios. Ya en la tercera película existe un estancamiento de la historia y se incumple la promesa de un elemento fundamental de la saga: el retorno de los astronautas perdidos del Ícaro.
La película actual no es mala, no es aburrida, no es desastrosa, simplemente sigue estancada en el mismo punto que la película de 2017 (Guerra por el planeta de los simios). Nuevo reino repite la misma fórmula de 2014 (El amanecer del planeta de los simios): tenemos a un nuevo Koba, Próximo César, quien altera la voluntad y decisiones de César para beneficio propio (igual que hizo Koba) y los humanos siguen en la misma búsqueda por la supervivencia (conseguir energía eléctrica en 2014 y en 2024 conseguir un dispositivo electrónico faltante para reanudar las comunicaciones satelitales entre los supervivientes humanos). La diferencia se encuentra en que el antagonismo de 2014 tenía una riqueza de matices.
Si bien no existen tomas cinematográficas memorables, los efectos especiales son asombrosos. La película es entretenida de ver, seguramente no como parte oficial de la saga pero sí como un sólido tributo a la saga. En cualquier caso, es mucho mejor que el fiasco de 2001 dirigido por Tim Burton, la cual realmente daba vergüenza ajena.
Se dice que el reciente estreno es parte de una serie de nueve películas, y se nota porque lo poco (por no decir nada) que ofrece en desarrollo de la historia es un típico recurso de Hollywood de alargar una historia que probablemente puede ser contada en menos películas. La franquicia de El planeta de los simios estaría siendo explotada al buen estilo de Disney con Star Wars o Marvel.
El estancamiento de la historia no solo tiene que ver con la repetición de fórmulas y que ya van cuatro o tres películas en las que no se sabe nada de los astronautas del Ícaro, sino en que tras varias generaciones después de César (aproximadamente 300 años después) la sociedad de los simios no ha tenido una evolución cultural significativa siendo todos ellos descendientes de simios con inteligencia y de súper inteligencia en el caso de los descendientes de César. La película deja más interrogantes que el situarse como una continuación de la Guerra por el planeta de los simios (2017). Por ejemplo, ¿cómo se perdió el legado de normatividad social por el que César luchó tanto?
Otra incongruencia (al igual que sucede con el remake de Tim Burton) es que los humanos nunca llegan a ese trágico estadio de perder toda su humanidad, resulta que 300 años después de la guerra entre simios y humanos, y con un virus global en contra, todavía existen bases militares organizadas que mandan a Mae en busca del dispositivo electrónico faltante para reanudar las comunicaciones satelitales. De esta manera, nunca se cumple el elemento esencial de la novela de Pierre Boulle y de la pentalogía de El planeta de los simios: apelar a la reflexión sobre los papeles inversos, ¿qué pasaría si los humanos fuésemos reducidos a animales enjaulados?
Es decir, ¿qué sentido tiene que Mae descubra a grupos humanos que viven en la jungla como animales salvajes y sin la capacidad de hablar cuando ella misma fue enviada en una misión especial a consecuencia y a sabiendas de ese estadio trágico? Toda la idea del descubrimiento de los humanos salvajes era que ella fuese una astronauta que acaba de llegar a un planeta desconocido. Además, si nos detenemos a pensar el hecho de que existan humanos inteligentes y humanos salvajes traerá enredos y serios problemas políticos no deseados en esta nueva historia.
Al final de la película, la protagonista humana y el protagonista simio miran hacia las estrellas, esto, según se dice en los foros, podría ser un indicio de que finalmente, en la quinta película de la nueva saga, pueda desarrollarse la trama sobre los astronautas, aunque claro está, también podría postergarse nuevamente, habrá que esperar hasta la siguiente entrega.
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