Triunfo de la ¨sabiduría popular¨ ante el asedio de la duda irracional. Un ejemplo de que no somos calca de occidente

 

Triunfo de la ¨sabiduría popular¨ ante el asedio de la duda irracional

Un ejemplo de que no somos calca de occidente

 

Heinz Wilder Mollinedo Aguilar

 

Un giro de tuerca hacia la realidad

Meses atrás el fenómeno Milei marcaba tendencia en los medios de masificación no solo locales sino regionales. Y no era para menos, porque se decía surgido de la bronca legítima y que estaba predestinada a gobernar libertariamente, devolviendo a su país a esa utopía, autoinventada por la ultra argentina, del dorado siglo XIX.

Esta cruzada épica-romántica, más al estilo de la farándula, se sentía ungida, providencialmente, por un ambiente ultraconservador y reciclado neoliberal tan espurio, tan malo, a lo "bad boy" que —nada raro— pudiese funcionar, para un país devastado por los lastres-deudas internacionales del pasado con solo ese consuelo, momentáneo, el triunfo panaceo, que al fin resultó sólo placebico, de "Messi campeón mundial".

Como si todo fuese parte de una jugada mayor, de un propósito solo sabido por los intereses de ese poder terrenal que cree todo lo ve, y por tanto todo lo calcula infaliblemente. Iba a traer una sombra de dudas, bajo una totalización de economía de bunker con puestas en venta de todo lo posible de monetizar, incluyendo la libertad corporal y la dignidad soberana argentinas si Milei era presidente.

Esa "luna de hiel" adelantada, por la agresividad mileista, tan crudamente real que se hacía inexorable, tiene como epílogo, en curso de definición, como primera parte, una respuesta desde la cordura del voto con ese 36% no para Milei. Resultando un cuadro imprevisto: con Massa, el candidato oficialista y actual Ministro de Economía, ganando la elección, sacando seis puntos de diferencia, frente a un Milei, que de "caballero andante", luego de la elección, solo le sobra la "triste figura", como segundo en voto. Definiéndose la presidencia en un ballotage dentro de un mes.

Y la pregunta que rezonga corazones: ¿cómo fue posible esto? Si en las encuestas Milei salía primero y lo que quedaba, por definir, era saber por cuanta ventaja y quien sería su rival, como segundo de la elección. Entonces ¿¡Qué pasó!?

Dice un adagio popular que "más vale diablo conocido que demonio por conocer". Y, así suene tradicional, una explicación, con un dicho sin mayores complejidades, es lo más probable, si se tiene el cuidado de no precipitarse en su interpretación.

Entonces a sabiendas de que suena simplista, aun así, proponemos lo siguiente como perfil de respuesta: la ultraradicalidad, a diferencia de los neofascismos europeos, de los que la historia anterior y reciente dan cuenta, tiene aún un límite infranqueable en el entorno latinoamericano, teniendo mucho que ver, en la formulación histórica, el componente de opresión violenta constante desde los tiempos coloniales y de nuevas republicas de principio del siglo XIX, pues se sabe que los llegados en barco, provenientes de Europa, eran los rebalses demográficos que ya no hallaban cabida en ese mundo aglomerado de conflictos.

Ello se concretaría, más recientemente pero como actualidad de esa opresión violenta, en el trauma producido por las dictaduras de seguridad nacional, de la segunda mitad del siglo XX acaecida en los países latinoamericanos con un escarmiento enfático en la Argentina, que aún conserva un resto crítico que, como memoria, clama y recuerda esos tiempos de violencia abierta. Hoy, esa misma violencia se ha sofisticado y reviste de libertaria, pero en el fondo responde a la misma raíz violenta, es más, en su refinamiento hoy pretende, por medios legalizables, violentar la corporalidad humana, haciéndola cosa vendible, por partes, formando una lógica hipotecaria, de bienes, una perversión hasta lo más sagrado de la vida.

Argentina hoy evoca, con el voto del domingo 22 de octubre, la reminiscencia del siglo pasado, como una cuenta, con su historia que debe ser saldada (pues todo trauma histórico debe hallar alivio y redención en el presente para cerrar ese momento pasado que maldice al presente, nuestra hipótesis). No por fuerzas externas, ni milagros de ¨tres patadas¨, sino, ante todo, por el propio pueblo argentino con conciencia histórica de la situación y ese devenir aún en proceso.

Ese voto ultra, por Milei, viene siendo más de inclinación joven inmadurada, aculturada al modo que responda al estímulo de lo instintivo cortoplacista de la hazaña de deponer al ¨monstruo¨ krichnerista, antes que acogerse a lo racional y de largo aliento. Es una autocrítica entre generaciones de argentinos, donde la cordura aún anida y otros jóvenes recuerdan a padres y abuelos oprimidos.

La nueva propuesta: ¨tabula rasa¨ (la entropía mileiana)

Continuando con nuestra propuesta, el ultraradicalismo funciona como una tecnología, más que, como una política. Las tecnologías tienen un boom, como lo es hoy la I. A., así lo fue en el pasado la TV, destinada a extinguir a la radio, la Internet a los otros medios de comunicación clásicos, etc. Y nada de eso fue cierto, pues hoy todos, de alguna manera, aún están aquí. Lo que sucede es que toda tecnología llega a un tope, un límite que se reconoce por su condición de origen finito.

Llevando, esta propuesta, al terreno concreto político, Milei, como fenómeno "tecnológico" de masas con un voto del 30%, llego a su tope con su radicalismo badboyano. Propongámoslo del siguiente modo, apoyándonos en la termodinámica y su segunda ley, por el principio de entropía de aquí en más, destina a esa estructura, formalizada en radicalidad a ultranza, encarnada en la "triste figura" mileiana, tender, por lo menos para esta elección, a una franca contradicción con la naturaleza que le dio esa peculiar forma determinada. Una mutación que se ve evidenciada en las negociaciones con Bullrich, la tercera fuerza, que ya no pude continuar sino indirectamente mediante la inducción al voto de los que, en primera instancia, le votaron. A lo sumo, Bullrich, podrá inducir al voto argentino en segunda vuelta, como ya anticipó, en su intervención pública, luego de conocer los resultados electorales y saberse fuera de competencia, en contra del oficialismo y, para hoy, abrazando al león que la ha invitado a ¨comer¨, pero, con la incógnita de no saber si formara parte del menú…

La ¨tabula rasa¨, como propuesta, salió de la boca de Milei, días después de la elección, como aviso de borrón y cuenta nueva, dirigida específicamente a Bullrich. Lo paradójico es que, antes de la elección, Milei había denostado a la candidata y líderes de esa tercera fuerza y su proyecto con Macri anteriormente presidente.

Esta primera contradicción, al título de ¨todo por la patria: ¡abajo el kichnerismo!¨; la de aliarse, para ser gobierno, con Bullrich; se suma a las contradicciones, hoy, con perfil ¨concertativo¨, frente al clero y papado, a quien también ataco, las propuestas polémicas con órganos y armas, etc. Todo lo que ahora ¨dice¨, Milei, que no dijo, que fue mal interpretado, sacado de contexto o extraído de un pasado en que aún no era político. Ello sumado a los escándalos, secretos a voces, con su hermana y pareja. Mas las primeras críticas, de sus propios representantes electos, por aliarse con la ¨tira bombas¨; van horadando una posición de voto de esa alianza, llegando incluso los propios partidarios de Bullrich también a criticar, en desmedro de ese principio de ultraradicalidad.

Todo lo anterior es muestra de la entropía, en acción, con el caso Milei. Pues, al llegar al tope del 30%, lo único que le queda es ceder en su radicalidad traicionando, en el proceso, a los primeros radicales que capto, producto de esa misma radicalidad expuesta, hoy extrañada y con tendencia al caos. Y, a su vez, diluyendo al voto de esa tercera fuerza, que por esta alianza hoy también se siente extrañada.

Advenimiento de tiempos mejores ¿milagro o esfuerzo usurpado?

Pero, ¿quién produjo la aceleración de tal entropía mileista en proceso? Por un lado su propia naturaleza, como condición de necesidad; y por otro lado, los resultados de la elección presente, como condición de suficiencia, determinaron este punto de no retorno a las consignas anteriores.

Si algo expone este elección argentina, en los tres candidatos más votados, es el nivel de madures de unos versus otros, además de la coherencia post-elección de unos y otros. Pues al dejar como ganador a Massa se cayeron las caretas, develando el objetivo real: acceder al poder sin mayores reparos recurriendo, incluso, a la promiscuidad de principios políticos otrora sagrados, develan el solo cálculo por cálculo. Algo de lo que la población argentina seguramente tomara nota para la segunda vuelta.

El impacto sobre lo histórico ya fue hecho. Con un Massa que sostiene ese discurso asertivo y de inclusión para todos, incluso para aquellos que no los quieren, por usar términos suaves, versus otros candidatos que negocian sus principios por cuotas de poder, es muestra de que si aún, en un escenario hipotético con Milei presidente, seria anuncio de una hecatombe con la entropía mileiana carcomiendo más al vecino país. Un gobierno que no se sostendrá sino por la fuerza bruta. Reproduciendo su origen violento y que tiene de eco referente al siglo pasado.

Un escenario más predecible no hubiese develado a quien es careta y quien aún conserva su verdad aun en la derrota. Pues, si Milei salía primero, y Massa segundo, la relación de dependencia entre Milei y Bullrich seria hoy otra, una negociación de tú a tú altisonante y  más engreída, fachera y falsa, con muestras más leves de una promiscuidad con ¨protección preservativa¨ del voto acumulado. Por otro lado, bajo ese mismo hipotético, Massa, de segundo en elección, seguiría con el discurso previo de concertación y diálogo no con los candidatos sino con los, soberanos de la decisión, los votantes. Entonces ¿quién cambio ante las circunstancias? ¿Quién apuesta por la gente y quien especula con el poder, hecho voto, negociando elitarimente, sin siquiera consultar a sus supuestas bases electorales?

Fue la sabiduría del pueblo argentino con su voto que desencubrió a los libertariosos. Y hoy, con los días previos a la segunda vuelta, tienen la oportunidad de escuchar más diáfanamente a los dos candidatos en pugna presidencial. Escuchar a quién cambio y no se sostiene, y a quién, pese a lo que cuesta como palabra empeñada, se mantiene en su posición de principios políticos.

Más allá de quien sea el próximo gobernante, a Argentina se le auguran tiempos mejores, no serán del esplendor prometido por el falso profeta mileista y su distopía revestida de utopía, pero comparativamente a la devastación económica de los tiempos recientes serán mejores. Ello no se trataría de un milagro sino del trabajo previo por estabilizar, en la medida que la realidad seda, el país argentino. Por citar solo dos ejemplos: para la siguiente gestión el campo petrolífero de Vaca Muerta comenzara a producir y Argentina podrá ser parte del BRICS Plus, ambos objetivos en busca de la estabilización económica y los efectos socioeconómicos sobre su población. Todo en proyecto, obra en construcción, del actual gobierno de Fernández, recién comenzara a dar sus primeros brotes luego de su gestión.

Milei y los que lo financian internacionalmente lo saben y no pueden evitar intentar hacerse con las ganancias, para luego de hundir al estado argentino irse, como las ratas, con las ganancias y dejarle la deuda ¨eterna¨ al pueblo. Desatando consecuencias como el peligro de balcanizar el propio país, siguiendo una lógica similar a la del vecino Brasil, que, como estados sureños, ven como lastre a los estados del norte, teniendo como solución, en caso de un problema tan crítico como el de la Argentina, optar por la amputación de la soberanía nacional, a modo de venta territorial a externos a título de préstamos, de esos apéndices consumidores de las migajas que no se lleven los libertarios. Una amenaza que se cierne sobre toda endeble economía que no siga los preceptos de la soberanización como política de estado.

Una situación similar la vivió la República de Weimar (Alemania, 1918-33) durante el periodo de entreguerras europeo y al que le sucedió el gobierno Nazi. Dicha República tuvo que comenzar desde más atrás de cero, pues se hallaba en estado de reparar los costes internacionales de la Primera Guerra Mundial, las reparaciones internas, el tratado de Versalles, etc. El ¨crac del 29¨, caída de la bolsa de valores de 1929, marco su fin, atribuyéndosele todos los males consecuencia de esa caída, por parte de los nazis; discurso muy coincidente con la propuesta de Milei. Usurpando todo logro, de proyecto en de ejecución, en favor del gobierno de Hitler. Algo muy similar puede ocurrirle a Argentina si no sabe dejarse acabar de guiar por esa ¨sabiduría popular¨, que hasta ahora ha iluminado bien el camino hacia una cordura racional y pertinente para todos y no solo unos pocos cuantos. 

¿La realidad se produce enfrentándose a lo "histórico"?

Así resulte contradictorio, en apariencia, la historia se marca rompiendo, la previa, tendencia histórica, es nuestra hipótesis. Lo real no solo es lo dado como tal sino lo que puedes producirse a partir de este dado como tal. Esta afirmación sirve para explicar lo que a continuación puede ser el epílogo del caso Milei y las elecciones.

Es la confrontación de la tendencia histórica, que se nos presenta como estática, en su propósito expositivo, y por tanto, susceptible de ser medida, algoritmizada para detectar sus patrones y tendencia, por ello que pueda primero ser medible y luego ser inferenciable. Lo anterior explica las encuestas y la expectativa con Milei y las elecciones argentinas, que en última instancia habrían sido tomadas desde esta óptica del cálculo según los antecedentes de previas elecciones y simulaciones de elección previas al 22 de octubre.

Cuando no se hace nada más que seguir o someterse a la tendencia histórica, ella, dotada de esa voluntad cedida, no hace más que reafirmar eso que se llama ¨profecía autocumplida¨ en función de haber cedido, poder de decisión, ante la realidad, que no cambia, en su tendencia, a menos que uno intervenga no como individualidad aislada sino como un común, en eso consiste el secreto de la ¨sabiduría popular¨, donde no es el interés de uno sino de los comunes lo que prima por el sostén y mantenimiento de la vida.

Con todo ello nos ánimos a proponer la siguiente deducción: si la vida se adapta para conservarse y prosperar, dicha adaptación deja huellas que serían rastreables y cognoscibles como historia natural. La tendencia de los determinados historializados, sin intervención más que de la propia tendencia, se inclinan a la extinción, o lo entrópico como caos, a menos que se hagan nuevas huellas o caminos hacia la vida, en esto consistiría marcar historia.

Aplicado al caso electoral de Milei, sucede algo similar cuando la propuesta, anarcoliberal, supera las expectativas de riesgo, frente a la supuesta ganancia: el sentido común se manifiesta y apuesta a la seguridad. Pero sabe que si no hace nada, la tendencia en su ceguera inexorable arremeterá de lleno con todo lo que hasta hoy se ha construido como vida. La actual realidad argentina no es el óptimo, puede ser muy cruda, pero ante una amenaza mayor, se tomará partido por lo más potable.

Y, alguna voz "sensata" observaría: cómo en el caso de Massa con 36%, la anterior aseveración sería contradictoria. Pues antecedido por una economía en declive, un precio volátil del dólar, endeudamiento avanzado, corrupción pública, etc. Aparentemente no es la mejor de las realidades y ello empujaría al cambio, como en la Alemania antes de Hitler. Esta aparente intervención en la realidad, no se hace como apuesta común sino como individual, al son de ¨!qué cada uno vele por sus problemas!¨ y los que quieren prosperar que paguen el derecho de piso y quienes no que se mueran…(Es la propuesta mileista).

Entendamoslo, siguiendo nuestra hipótesis, del siguiente modo: hasta antes de la elección existían los cálculos y las tendencias establecidas. Ninguna intervención, del común pueblo, hubiese resultado con un Milei ganador, Massa segundo o incluso tercero, esa era la tendencia que se movería como la inercia de los cuerpos carentes de voluntad para cambiar ese fin. Eso era la realidad anticipada y muy posiblemente funesta para los intereses nacionales.

El cambio, como un marcar de la historia en proceso hasta la segunda vuelta como epílogo, es la muestra de ese viraje de la realidad en su tendencia entrópica, que le pasó factura a Milei y compañía exponiendo sus flaquezas éticas, virajes inverosímiles de discurso, etc.

Esta es la muestra de cómo, lo latinoamericano, no es calca fiel de lo que hicieron y hacen los europeos occidentales, al momento de elegir gobiernos ultraconservadores. Y en contraposición Milei, comparado con Trump o Meloni, no es calca sino producto subdesarrollado de esos modelos algo que solo podría surgir desde lo periférico, con insultos y soecidades de por medio.

 __________

Escrito por *Heinz Wilder Mollinedo Aguilar, enviado a la Escuela Crítica de Filosofía Política y publicado el 27 de octubre de 2023.

*Estudios en Economía y actualmente estudia Filosofía en la UMSA. 

**Imagen tomada de https://www.infobae.com/politica/2023/10/07/un-viaje-a-salta-y-el-factor-provincia-de-buenos-aires-el-tramo-final-de-milei-para-intentar-ganar-en-primera-vuelta/ 

Referencias

https://www.youtube.com/watch?v=u72sIqcimRM&list=UULFz489cQmrgH57sShDiatwfw&index=4

https://www.youtube.com/watch?v=3j-g_XxNtPU&list=UULFz489cQmrgH57sShDiatwfw&index=3

https://www.youtube.com/watch?v=bhpDopRKB4E

 

 

 

Comentarios

Entradas populares