Un retrato de la estupidez de las masas y el cinismo de la política
Don´t look up (2021) (No miren
arriba) es una crítica intelectual a la decadencia del mundo globalizado
que actualmente habitamos: estupidez de las masas, estupidez de los medios
masivos de comunicación y de las redes sociales, corrupción y cinismo en la
política, populismo de derecha, terraplanismo, la abismal brecha entre ricos y
pobres y la sobre–exagerada espectacularidad de la farándula son cabalmente
retratadas en esta película.
La premisa del filme se encuentra
bien delimitada: estamos frente a una catástrofe científicamente demostrada que
amenaza nuestra mismísima existencia: contaminación, desastres ecológicos, el
capitalismo financiero, el bitcoin,
el coronavirus (o en este caso un meteorito que se va a estrellar directamente
contra el planeta Tierra dentro de seis meses) y en vez de que la reacción del
sistema político y de la prensa sea racional (informar a la población y buscar
las vías más idóneas para evitar la inminente extinción de la vida humana), su
respuesta es la indiferencia, el negacionismo metódico, el cinismo, el oportunismo
político y la posibilidad de que las empresas multinacionales le saquen rédito económico
al desastre.
¿No es este exactamente el mundo en
el que vivimos? La película que acaba de estrenarse el pasado 24 de diciembre
en Netflix ha despertado polémica y un considerable rechazo —precisamente— por
parte de aquella corporación mediática que fomenta sistemáticamente la
estupidez de las masas y la banalidad de las relaciones humanas en el siglo
XXI.
El meteorito que impactará contra la
tierra es una clara alegoría a la pandemia del COVID–19 y a todos los eventos
inauditos que le acompañaron en los últimos dos años: el sistema político en su
alianza con el empresariado privado son tan corruptos que, por ejemplo, en
Ecuador se registraron casos de sobreprecio en bolsas para cadáveres entre el
500% y el 1311%. El escándalo de los respiradores españoles (que además no eran
respiradores sino emuladores de respiradores) forma parte de lo inaudito
ocurrido en Bolivia. La gestión de la pandemia puso en descubierto lo peor de
la gente, lo peor de los políticos, lo peor de la prensa, lo peor de la
industria farmacéutica y del gremio comercial médico, etc.
La película ilustra cómo la gente
más incompetente está en los puestos de mando encabezando con la presidencia de
los Estados Unidos, por si fuera poco, con un desvergonzado nepotismo ya que el
jefe de gabinete de la presidenta (Meryl Streep) no es nadie más que su propio hijo (Jonah
Hill). También alude a los magnates pseudo científicos como Steve Jobs, Mark
Zuckerberg y Elon Musk en su igualmente descarada alianza con el poder político
y financiero.
No es de sorprenderse que las
opiniones sobre la película se encuentran divididas, después de todo, habitamos
un mundo donde existen personas que piensan que la tierra es plana o que ser
capitalista significa ser propietario de un Iphone
(capitalista no es un consumidor de costosa tecnología sino el propietario de
gran capital: una industria por ejemplo).
No miren arriba (2021) Es una película catalogada como sátira política,
etiqueta que no necesariamente refleja sus otras virtudes: inteligente,
arriesgada, ilustrativa, entretenida y con una reflexión filosófica para la
vida moderna. Cuenta con dos escenas post créditos y, de lejos, debe ser lo
mejor que se ha estrenado en 2021.
__________
Escrito
por *Javier García Bellota, enviado a la Escuela
Crítica de Filosofía Política y publicado el 01 de enero de 2022.
*
Estudios en Derecho, Filosofía y Ciencia Política.
#Netflix #DontLookUp #NoMiresArriba
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