Elecciones 2020: Entre Marvel, bots y carencia de propuestas


Bolivia en el 2020 se encuentra en una fase surreal, un realty show, en el que el resultado del concurso es casi irrelevante, un vale todo electoral que no hace otra cosa que evidenciar la crisis de interpretación política de los partidos y sus representantes. La improvisación se hizo norma, después de todo, la victoria del actual gobierno es producto del error ajeno (así como el gol de “rebote” que le sale al peor en cancha).

De un lado tenemos una derecha con lógica marveliana*, que cree en su narrativa como toda una lucha transcendental, equiparable a las narrativas propias del cine (la industria cultural estadounidense sabe influenciar muy bien). Sus propuestas van desde la vuelta al neo liberalismo hasta el fascismo, nada nuevo bajo el sol pero esta vez con voz amplificada en medios y redes sociales (el momento mundial ayuda).

Es una simbiosis de clase media y oligarquía que bien se podría llamarse “la élite del atraso” como diría el sociólogo Jesse Souza, pues quiere toda la modernidad del mundo pero se niega a dejar su pasado de hacendado, incluyendo su visión racista y atemporal de Bolivia. Bien se acordarán cuando cierto sector se negaba a que personas de El Alto bajen al Megacenter**, pues siguen pensando así.

En contra parte, tenemos al MAS que todavía mantiene vigencia a la sombra de la figura de Evo Morales (el poder de los símbolos se diría) aunque ya sin esa mística revolucionaria y con denuncias de estupro de por medio, con fines electorales y sin ningún reparo con la víctima.

Un MAS que apuesta toda su fuerza a las urnas, apuesta riesgosa pero que le sirvió para re-posicionarse en el ámbito político, de ser posiblemente anulado, en las calles se ganó el derecho de participar en las elecciones, pero sin ninguna propuesta desde la izquierda. Se mantiene la fórmula del fracaso, endulzar el discurso, nada de anular las leyes a favor de la agro-industria, la nacionalización de San Cristóbal o una posible revisión de las tierras de producción. Tuvo que valerse de Felipe Quispe para recuperar terreno entre los movimientos sociales, el Mallku la tiene más clara.

En ese sentido, la batalla de ideas se está dando en los medios y en las redes, aunque el discurso oficial sea mayoritario, tenga grandes medios y expertos a su disposición fuera de implantar ideas fuerza, no tiene otro argumento válido. Es hasta paradójico que un canal que presenta publinotas en gran parte de su contenido, como Gigavisión, puso en jaque al gobierno transitorio.

En las redes es evidente la presencia de bots (usuarios falsos que crean una comunidad ficticia), método utilizado por Bolsonaro para generar fake news y ascender al poder (investigación en curso en el Tribunal Supremo del Brasil). Tal vez en esta ocasión el algoritmo sea más importante que el programa político, donde también hay una población más predispuesta a juzgar que a escuchar las construcciones mediáticas.

Es así que se debería entender que las elecciones no son toda la política, son una parte, la más conveniente para los medios y partidos. Pero Bolivia nunca resuelve sus problemas de manera tan institucional: quien gana en las calles, gana mucho.

Tampoco se puede reducir a una mera disputa partidaria, es mucho más complejo, son proyectos de sociedades imperceptibles y de las cuales todxs somos parte. Es muy probable que desde la derecha surja un nuevo Presidente, las condiciones están dadas, con muy pocas posibilidades de gobernabilidad, muy pocas. La crisis de la pandemia va a radicalizar las posiciones porque las oportunidades se reducen y el nivel de ganancias no será igual.

Lxs que vivimos las jornadas de octubre y mayo-junio negro nos resistimos a creer que ese proceso se está acabando, pero es el tiempo del recambio de nuevos empoderamientos y planteamientos.

En este nuevo periodo ya no nos jugamos la prevalencia de un sistema sino la vida misma. Las propuestas deben ser más estratégicas: la ecología y los feminicidios son relevantes tanto como plantearse una económia horizontal y el acceso a una educación laica. Otra política es urgente.

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Escrito por Diego Jou P.***, enviado a la Escuela Crítica de Filosofía Política en Bolivia y publicado el 28 de agosto de 2020.

*De Marvel Universe, multinacional que produce la saga de películas Avengers.

** El principal centro comercial (mall) de La Paz, ubicado en un barrio acomodado de la zona sur.

***Es comunicador social.

https://www.facebook.com/notes/421679102160918

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