El nacionalismo Aymara y Bolivia

Los conflictos coyunturales han puesto en relieve problemas estructurales, no resueltos a lo largo de la historia y que sin el debido tratamiento serán causa de diferencias y rupturas políticas y de convivencia siempre.

Felipe Quispe (el Mallku) en el año 2000, antes de la llegada del MAS al poder, arreciaba a las comunidades campesinas con el discurso de las dos bolivias: la Bolivia india y la Bolivia blanco-mestiza, “vamos hablar de presidente a presidente”. Unos años antes (1992), cuando la periodista Amalia Pando lo acusaba de terrorismo, Quispe declaraba que su levantamiento era para que “mi hija no sea su sirvienta”. Ahora (2020), el Mallku, reitera su ideal: “El kollasuyu tiene que liquidar a Bolivia, somos otra nación”.

En este temporal de polarización, entre masistas y pititas, hay una idea simplísima de ver las cosas tan solo en esos dos frentes, o eres masista o eres pitita. No obstante, el discurso del Mallku sale de esta visión simplista. Su origen viene de Fausto Reinaga (1970), de las luchas indias, de los caciques apoderados (1930), de Zarate Willka (1898), de Tupaj Katari (1789), de una “raza, una nación, un pueblo”; el Aymara. Ese discurso no pertenece al MAS, porque estuvo antes y seguirá después de él.

¿Qué implica este discurso?

Es la lucha por la liberación de los hombres y mujeres que habitaron esta tierra antes de la aparición Bolivia y que siguieron existiendo y luchando hasta nuestros días. Este es su ideal histórico: “gobernarnos nosotros mismos”. Ideal vivo en las palabras de Bartolina Sisa: “cuando reinasen los indios”; y que cuajó como filosofía política en el indianismo: “poder indio”.

Muchas veces este proyecto se ha considerado secesionista, pero ¿acaso Sisa y Reinaga y lo eran?

No.

El sentido común indica que el “dueño de casa debe mandar en su casa”, y que la “mayoría se impone a la minoría”, sin embargo, la cuestión es más profunda.

Está claro que el Aymara (Quechua), el Kolla, es mayoría absoluta en todo sentido en esta tierra, no solo en el pasado, sino también en el presente. La única agrupación en la diversidad existente que puede colmar la idea de nación. En cambio, Bolivia, como Estado, siempre fue un aparato de represión y sojuzgamiento de las mayorías manejado por grupúsculo de casta blanco-mestiza.

Entonces, el problema central de Bolivia y el Aymara es:

Bolivia es un Estado sin nación, y el Aymara es una nación sin Estado. El colonialismo externo e interno ha suscitado la cuestión del ser nacional, la escisión entre Estado y Nación.

Ser nacional implica preguntarse cuál es la identidad que permite la posibilidad de unidad territorial y sentido de la nación-Estado, sobre todo, la unidad de histórica en el tiempo y con el tiempo.

¿En la diversidad de identidades en el país, cuál es el grupo social que responde a las cuestiones de ser nacional? ¿cuál grupo social se encuentra en los 4 puntos cardinales del territorio, cuál genera el mayor movimiento económico, cuál es mayoría poblacional, cuál ha influenciado en el pasado y presente?

El Kolla se encuentra en los 4 puntos cardinales de Bolivia, allí donde ni siquiera llegan los representantes del Estado boliviano (FFAA y policía); la economía informal (70%), combatida por el Estado, es la que mantiene al país y es esencialmente kolla; el apellido de mayor presencia en Bolivia es Mamani, por excelencia kolla; todos los hitos históricos así como manifestaciones culturales tienen que ver con la cultura kolla, se danza la morenada y la música chicha desde La Paz a Santa Cruz, de Pando a Tarija; los cuarteles de la policía y FFAA están llenos de kollas; los mineros son kollas, los campesinos son kollas, las ciudades perirubanas son kollas, y hasta si existe una burguesía nacional, es kolla, etc. Esta realidad es incontrastable.

Entonces, ¿qué falta? Falta el espíritu y consciencia nacionalista aymara. Tarea pendiente para los nacionalistas aymaras.

En otras palabras, la solución al problema del ser nacional es el nacionalismo Aymara. Esto no es un ideal, sino necesidad imperiosa.

Hace falta una revolución nacional desde el ser nacional.

El Alto, 15 de agosto 2020

Pablo Velásquez, fundador y gestor del Nacionalismo Aymara (NA)

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Escrito por Pablo Velásquez*, enviado a la Escuela Crítica de Filosofía Política en Bolivia y publicado el 16 de agosto de 2020.

*Estudios en Filosofía.

** Imagen tomada de http://vibrales.blogspot.com/2015/08/musica-del-altiplano-boliviano.html (consultado el 16/08/2020).

https://www.facebook.com/notes/674307006524983/

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